No sólo la estupidez intelectual queda de manifiesto en una afirmación tan ordinaria, sino también la necesidad de venerar al pene como símbolo de una supuesta superioridad masculina por parte de aquel que teme no tenerla precisamente debido a su cortedad mental; y precisamente debido a ella manifiesta desprecio ante la maternidad (es decir, ante su propia madre, que "lo creó a su imagen y semejanza, a imagen y semejanza de su Divinidad"), ante todo lo femenino y ante el propio Milagro de la Vida.
Jesús María Bustelo Acevedo
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