Aquel que no ha aceptado la Co-Herencia, la común y divina Herencia y se desenvuelve por lo tanto en un mundo ilusorio, pues su verdadera vida está en su eterna e infinita Herencia, de la cual sólo en la Eternidad (es decir, aquí y ahora) somos receptores... El hijo pródigo es un incoherente.
Jesús María Bustelo Acevedo
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