Llamar "esclava" a una mujer secuestrada y obligada a prostituirse es una etiqueta impuesta por el patriarcado misógino. ¿Llaman "esclavo" a un político o periodista secuestrado por un grupo terrorista a los que obligan hacer tal o cual cosa?
Esas mujeres no son "esclavas", y mucho menos "sexuales".
Jesús María Bustelo Acevedo
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