Los padres que maltratan a sus hijos los maltratan porque ven en ellos, como algo ajeno, la propia inocencia que en sí mismos quisieran aceptar, pero aprendieron a no aceptársela. En sus mentes, la inocencia es como un pelota de rugby por la que hay que competir: si veo que otro la tiene, tengo que atacarle para arrebatársela.
Jesús María Bustelo Acevedo
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