La Navidad no gusta porque la religión oficial es el consumismo, y eso incluye drogas, alcohol, música idiotizante y telebasura, todo lo que gusta a la juventud adoctrinada y pseudo rebelde. Es curioso que los adeptos de esa religión llamada consumismo sólo vean consumismo en Navidad. Son ellos los que la han convertido en una celebración evasiva, son ellos los que tienen aversión al propio espíritu navideño, porque es un definitivo reproche al "espíritu" gregario que a ellos les mueve: el de la codicia, el ataque reaccionario y el aborregamiento compensatorio. Como la Navidad no significa nada para este ejercito de Scrooge apayasados que pulula en esta Expaña decadente no les queda otra que consumir, consumir y consumir. Hay consumismo porque no hay Navidad.
Jesús María Bustelo Acevedo