Es llamativo: cuando sale a colación el tema de la violencia doméstica, muchos hombres saltan a la defensiva dándose por aludidos... De esta forma se ponen en evidencia y e igualmente dejan claro la gravedad del problema.
No maltrates las cosas; las cosas también tienen alma (aunque sus almas sean un reflejo de la tuya, y tu maltrato sea en realidad un maltrato a ti mismo).